Sauna y deporte, casi una cultura

No es ningún misterio que para los fineses la sauna es parte de su cultura y tradición. Estos baños de vapor conocidos en todo el mundo, han pasado de ser una actividad social dentro de sectores muy concretos a convertirse en algo al alcance de cualquiera. Sin duda, los deportistas son los que más acceso tienen a este tipo de servicio, puesto que la mayoría de los gimnasios disponen de saunas en sus instalaciones. Sin olvidar que los spa y centros de cuidado también cuentan con la sauna como parte de sus itinerarios.

Por otro lado, gracias a empresas como Saunas Luxe es posible instalar una sauna a medida en cualquier lugar. Por lo que los beneficios que proporcionan los baños de sauna pueden ser disfrutados por todos aquellos que lo deseen. Sea en tu propia casa si dispones del espacio suficiente, sea en instalaciones de cualquier tipo. Lo que nos lleva a la conexión existente entre la sauna y los deportistas, pues sin duda, la mayoría de ellos utilizan la sauna como parte de su entrenamiento. En este artículo vamos a averiguar cuáles son los beneficios que aporta el uso de la sauna a los deportistas, aunque se trata de algo de lo que todo el mundo, puede beneficiarse.

En los últimos años se ha extendido la costumbre de pasar por la sauna unos minutos antes o después de las sesiones de entrenamiento. El fenómeno del bienestar, llamado más finamente wellness, ha derivado en que los centros deportivos se llenen de saunas, como ya hemos comentando párrafos atrás. Para una gran mayoría, esta práctica se ha convertido en un ritual como para los fineses. En su caso, aluden que quince minutos en la sauna, es el tiempo ideal para relajar el cuerpo y la mente tras una sesión de entrenamiento o previo a su realización. Veamos cuales son los beneficios o inconvenientes de esta práctica, cada vez más habitual, y cuáles son los aspectos a considerar en el caso de tomar la sauna posteriormente a la sesión de entrenamiento.

Lo primero, saber cómo funciona la sauna

Antes de nada, es interesante saber como funciona una sauna y los beneficios que produce de forma generalizada en nuestro organismo. Aunque ya sabemos que la sauna consiste en un baño de vapor que se genera a alta temperatura. En España nos encontramos con dos tipos de sauna aunque cabe señalar que el baño turno no es estrictamente una sauna.

La sauna seca, a la que los fineses veneran como ritual, son recintos en los que la temperatura oscila entre los ochenta y noventa grados con una humedad relativa inferior al veinte por ciento. Se trata de espacios recubiertos de madera y se calientan mediante leña o electricidad. Más reciente es el uso de los infrarrojos para generar el vapor.

El baño turco, cuenta con una temperatura de entre los cincuenta y setenta grados, con una elevada humedad relativa que puede llegar a ser del cien por cien. Razón por la que en este tipo de sauna se suda mucho menos.

La esencia de los beneficios que proporcionan este tipo de baños, se incremente cuando se entra y se sale del recinto, a consecuencia del contraste que se produce entre el calor del interior y la temperatura ambiente o el frio que en algunos casos, aplican.

Los efectos que producen estos cambios bruscos de temperatura en poco tiempo, aumentan la frecuencia cardiaca y elevan la tensión arterial. De esta manera se sitúan el mismo nivel que durante la práctica de ejercicio. Existen estudios en los que se constata que la presión y frecuencia cardiaca aumentan el equivalente a una carda de entre sesenta y cien watios de potencia, se acelera la respiración y se produce una activación intensar de la sudoración para enfriar el cuerpo. Esto repercute en el aumento del riego sanguíneo, aspecto que aporta algunos efectos beneficiosos para el organismo.

Dichos efectos son el alivio del dolor y la mejora de movilidad en pacientes que padecen enfermedades reumáticas. Produce relajación muscular y psíquica reduciendo los niveles de estrés si se siguen unas pautas recomendadas. También produce un efecto vasodilatador que ayuda a reducir el riesgo de hipertensión. Facilita la eliminación de ciertos patógenos y limpia y desobstruye las vías respiratorias.

Por otro lado, existen algunos mitos sobre la sauna que conviene desmentir. Uno de ellos, es que la sauna no ayuda a bajar de peso. Al tratarse de una pérdida de líquido a consecuencia de la deshidratación que produce, la rehidratación hace que este peso se recupere rápidamente. Así mismo, tampoco posee un efecto relevante frente a la eliminación de toxinas mediante excreción, algo muy arraigado en la cultura popular. La cuestión es que el sudor tiene una función fisiológica muy concreta que no es otra que la de refrescar el cuerpo, aunque de paso arrastre algunas toxinas, la cantidad no es ni mucho menos significativa.

Aunque pueda parecer lo contrario, la sauna también tiene algunas contraindicaciones, por lo que se debe evitar si se ha sufrido un infarto de miocardio o si se padecen problemas venosos. Hipotensos e hipertensos deben consultar al médico si es aconsejable en su caso y las embarazadas no deberían tomar baños de sauna.

La relación entre sauna y deporte

Lo cierto es que se realizan estudios enfocados en este sentido, siendo en la actualidad poco concluyentes, en lo que respecta a los aspectos beneficiosos de la sauna para los deportistas. Uno de los últimos estudios, concluyó que la sauna seca tiene el potencial necesario para producir muchos efectos beneficiosos para la salud, como ya sabemos, en especial para pacientes que sufren enfermedades cardiovasculares o reumatológicas.

De la misma manera se advierte que posee potencial para mejorar el rendimiento deportivo, aunque es necesario realizar más estudios para valorar completamente los efectos fisiológicos, psicológicos y metabólicos que proporciona la sauna. Así como para poder establecer adecuadamente los beneficios y riesgos que aporta y la frecuencia y duración óptima de las sesiones. No obstante, teniendo en cuenta estos datos, existen estudios que sugieren efectos beneficiosos de la sauna para los deportistas. Uno de ellos concluye que las adaptaciones fisiológicas necesarias para tomar la sauna pueden contribuir a mejorar el rendimiento en resistencia. Tres semanas de sauna tomada después de realizar un entrenamiento intenso tuvo como efecto en corredores de larga distancia una notable mejora en su rendimiento. Esto se debe posiblemente al incremento del volumen sanguíneo.

En otro estudio se sugiere que la penetración profunda del calor infrarrojo (tres o cuatro centímetros en el sistema neuromuscular) a una temperatura de entre treinta y cinco y cincuenta grados en condiciones de humedad relativa baja, favorece la recuperación muscular tras realizar esfuerzos de alta intensidad.

Los estudios avalan que favorece el rendimiento aeróbico aumentando el riego sanguíneo, mejorando la biogénesis mitocondrial y en general, produciendo un mecanismo de adaptación metabólico que favorece la conservación del glucógeno. Por otro lado, limita la degradación de las proteínas aumentando la segregación de la hormona del crecimiento.

No obstante estos beneficios que aporta, los especialistas en medicina, advierten que realizar una sesión de sauna de forma inmediata antes o después del entrenamiento, pude suponer un riesgo. Sobre todo si se realiza antes. La razón que nos dan es que la sudoración conlleva una elevada pérdida de electrolitos, necesarios para disipar el calor que se produce durante la práctica deportiva. Si se pierden durante la sauna, va a ser más difícil para el organismo evitar el sobrecalentamiento del cuerpo durante el entrenamiento, lo que va a conllevar a que la fatiga se produzca antes.

Tomar la sauna después del entrenamiento, tampoco parece ser especialmente positivo. Durante la práctica del entrenamiento ya se ha producido un exceso de sudoración con lo que al entrar en la sauna, se somete al cuerpo a un añadido proceso de deshidratación. La consiguiente pérdida de líquido y sales minerales puede variar de medio litro a litro y medio, por lo que pueden darse síntomas de deshidratación. En este sentido es esencia hidratarse bien y no tomar alcohol antes de entrar en la sauna.

En el otro lado, encontramos opiniones que consideran que la sauna proporciona interesantes beneficios en cualquiera de los casos, tanto antes del deporte como después. Si se toma antes de realizar la sesión de entrenamiento, prepara el cuerpo para el ejercicio y si se toma después, mejora y ayuda en la recuperación muscular y la relajación.

Lo que si podemos decir con certeza es que el entorno tranquilo y relajante que proporciona la sauna ayuda a combatir y reducir los niveles de estrés y la tensión muscular. El ambiente que se crea en la sauna, propicia la recuperación mental lo que hace que los deportistas desconecten y recarguen energías después del entrenamiento. La combinación de los efectos beneficiosos a nivel físico y mental de la sauna, hace que sea una herramienta valiosa para la recuperación muscular y el bienestar general.

Como conclusión, solo podemos añadir que la mejor manera de averiguar si nos proporciona beneficios o no, es probarlo por nosotros mismos. Ante cualquier síntoma negativo o adverso, dejar las saunas para otro momento y consultar con un especialista es la forma de evitarse problemas.

 

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