La vida, durante la mayoría de su duración, no es un camino de rosas. Seguro que sois muchos y muchas los que pensáis exactamente esto después de que algún proyecto que hayáis tenido entre manos no haya salido de la manera en la que deseabais. En la vida, nos equivocamos más de lo que acertamos. Es algo que debemos tener claro y que nos tiene que servir para mejorar en cada uno de los aspectos de los que se compone nuestra existencia. Afortunadamente, muchas cosas en las que nos equivocamos tienen remedio y la que os vamos a traer durante los próximos párrafos es una de ellas. Hablamos de una relación de pareja.
Las relaciones de pareja pueden ser de muchos tipos. En la actualidad, tenemos a parejas del mismo sexo, de sexos diferentes, parejas abiertas, parejas que se casan, parejas de hecho… Hay un número muy grande de cada una de ellas y lo cierto es que, por supuesto, todas tienen sus ventajas. Pero es verdad que, exactamente del mismo modo en que las dos personas deciden comenzarla, también pueden decidir ponerle fin por los motivos que consideren oportunos. Y se trata de decisiones que hay que respetar. A fin de cuentas, lo importante es que cada persona continúe su camino hacia la felicidad del modo en que haya decidido. Acertará o se equivocará, pero la decisión tiene que ser suya, única y exclusivamente suya.
Una de las pruebas más evidentes de que hay parejas que se deshacen continuamente tiene que ver con el número de divorcios que se producen en el interior de nuestras fronteras cada año. En una noticia publicada en la página web del diario El Mundo se comenta que el número de divorcios en 2022 se redujo hasta los 84.000, una información de también indicaba que cada vez nos casamos menos en este país y que cada vez hay una mayor cantidad de custodias compartidas. La realidad es cambiante, estos datos no se van a mantener por siempre pero son los que manejamos en la actualidad y los que nos hablan del funcionamiento de las parejas en los tiempos que corren.
¿Y cuáles son los motivos por los cuales nos divorciamos los españoles? La verdad es que hay varios que son mencionados en una noticia publicada en el diario El Confidencial y que hemos compartido con vosotros y vosotras en este mismo párrafo.
- Infidelidad. Por desgracia, estamos hablando de una de las causas más comunes de divorcio ya no solo en España, sino en todo el mundo. La infidelidad ya no lo es solo a una persona, sino a un principio, a un valor moral, a nuestra dignidad.
- La mala comunicación. Los malos entendidos también son bastante habituales y lo cierto es que son evitables con una mejora de la comunicación de la pareja y entre esta y sus hijos e hijas.
- Los celos. Sin duda, esto tiene mucho que ver con la inseguridad que podemos tener nosotros mismos o la persona que forma nuestra otra mitad. La verdad es que todo lo que tenga que ver con inseguridad no va a traer nada bueno.
- Familiares entrometidos. Hablamos de un asunto muy español. Si hay alguien intentando meter baza en nuestra relación y no le paramos los pies a tiempo, tendremos muchas opciones de ver truncado nuestro matrimonio. En este caso, lo importante es que las decisiones las tomemos nosotros y nosotras mismas y que nadie lo haga por nuestra propia persona.
- Las adicciones. Sin duda, son un gran problema para muchas parejas, especialmente si hay uno de los dos miembros que depende en buena medida del alcohol o las drogas. Por desgracia, esta es una realidad que se mantiene vigente desde hace mucho tiempo y que vemos perfectamente lógico que acabe en divorcio.
El divorcio es uno de los asuntos más peliagudos que nos podemos encontrar a lo largo de la vida porque llega justo después de una mala experiencia o una serie de las mismas. Lo que comparte la mayoría de la población que ha tenido que pasar por este proceso es que lo más importante es contar con un buen abogado porque es quien va a permitir que el asunto se resuelva con la máxima celeridad posible. Y es que, según nos hacen saber desde Trámites Fáciles Santander, lo principal para las personas que se ven implicadas en un divorcio es resolverlo a la mayor brevedad posible para conseguir que no hiera más de la cuenta nuestros sentimientos.
Lo que hemos comentado en el párrafo anterior es básico para que podamos pasar página cuanto antes. El divorcio es un proceso tortuoso en muchas ocasiones principalmente porque se extiende demasiado en el tiempo y porque muchas personas terminan aborreciendo una situación como esa. Es evidente que eso no juega a favor de nadie y que la necesidad de resolver el asunto cuanto antes es más que manifiesta. Y nos duele decir que muchas veces no es un proceso rápido, principalmente porque no se confía en un abogado que esté plenamente especializado en este tipo de situaciones.
Especial cuidado si hay niños y niñas de por medio
Cuando en un divorcio hay niños y niñas de por medio, el problema se agrava mucho más. En este punto, cada uno de los cónyuges deja de ser el principal interesado en el acuerdo para que se piense de una manera primordial en los niños y niñas, especialmente si son menores. Es algo que no podemos olvidar y que un buen abogado o abogada nos va a repetir hasta la saciedad. Es de sentido común que sean los y las peques los primeros en los que haya que pensar en una situación que va a cambiar completamente su vida y que la va a condicionar. Lo importante es que ese condicionante sea positivo.
Ha habido demasiados ejemplos de niños y niñas que han sido víctimas de una mala gestión del proceso de divorcio de sus padres y madres. Cuando la relación entre los cónyuges no ha terminado bien y hay disputas sobre la custodia, los problemas con los más pequeños y pequeñas se agravan y lo cierto es que es aquí donde debemos tener más cabeza. Como es lógico, hay que tener una especial sensibilidad con este tema porque una situación como esta puede terminar provocando que la vida de esas pequeñas personas adquiera un cariz dramático durante muchísimos años. Y eso no sería justo.
Pero ojo, la vida de esos menores puede ser incluso más desgraciada incluso sin un divorcio de por medio. Cuando la situación en casa es insostenible entre las dos personas que ostentan la cabeza de familia, es evidente que los problemas van a terminar llegando a la vida de los niños y niñas. Por regla general, los y las menores son concebidos en estos casos como un trofeo, para demostrarle al otro, en caso de habernos llevado la custodia, que nosotros hemos sido los buenos en el proceso. Hay que tener claro que no puede ser esa la actitud que debamos mostrar. Los niños y las niñas nunca pueden ser un trofeo.
Ojalá que todo el mundo tenga sensibilidad con un tema tan delicado como lo es un divorcio con hijos o hijas menores en el medio. La sociedad, poco a poco, se ha ido concienciando al respecto de este asunto, pero no está de más que se refuerce esta sensibilidad y que de este modo podamos hacer posible que los y las menores que se encuentren en una situación como de la que estamos hablando tengan la vida que merecen. Porque no es fácil tener que enfrentarse a la rotura de nuestra propia familia cuando somos demasiado jóvenes. Nos puede condicionar muchísimo para el resto de nuestra existencia.
Van a seguir produciéndose miles y miles de divorcios en España a lo largo de cada año. Unas veces habrá más y otras veces menos, pero lo cierto es que este proceso va a continuar existiendo y va a continuar siendo una salida para aquellas parejas que, habiéndose casado, tengan la necesidad de poner punto y final a su relación. Es algo natural y que tenemos que agradecer. Hasta hace no demasiado tiempo, la posibilidad de divorciarse no existía en España e incluso la sola opción de que fuera legal provocaba ampollas en muchas personas. Por suerte, eso ha cambiado en España y también en otros lugares.
El divorcio es una oportunidad. Una oportunidad para salir adelante en nuestras vidas y conseguir una felicidad que no ha sido posible con el matrimonio. Todos y todas tenemos derecho a equivocarnos y debemos tener el derecho de tener una segunda oportunidad para rehacer nuestra vida y conseguir esa felicidad que quizá no hayamos conseguido de algún otro modo. Ojalá que, si os veis en una situación como de la que hemos hablado a lo largo de todo este artículo, tengáis bien presente que disponéis de una oportunidad para continuar viviendo con la felicidad que merecéis.