Mantén tu casa fresquita este verano sin necesidad de obras.

Aunque las temperaturas bajen de vez en cuando, cosa que se agradece mucho, hay que admitir que, estando en el mes que estamos, pareciera que ya estamos en agosto. Uno se pregunta entonces que, si ahora podemos llegar a pasar este calor, ¿cómo vamos a soportarlo dentro de unos meses cuando haga aún más?

Para el que tiene dinerito es fácil, porque solo tiene que tirar de cartera e irse a un hotel en la costa, donde disfrutará del calor de una mejor manera: bebidas fresquitas, salas con aire acondicionado, piscinas interiores donde no pega el sol y un sinfín de cosas más que no todo el mundo puede permitirse disfrutar. Es por eso que, para los que no somos ricos, explico en este artículo cómo sobrevivir a este calor durante el tiempo que estemos en casa.

Ventanas y cortinas.

Para comenzar, qué mejor que con el punto más básico que son las ventanas de nuestra casa. Durante la noche y temprano en la mañana, abre las ventanas para permitir la entrada de aire fresco. Esta ventilación nocturna ayuda a refrescar el interior de la casa antes de que las temperaturas aumenten. Una vez que la temperatura exterior empiece a subir, cierra las ventanas para mantener el aire fresco adentro. Mantén también cerradas las cortinas y persianas durante las horas más calurosas del día. Las cortinas térmicas o de colores claros son especialmente efectivas, ya que reflejan el calor y reducen la cantidad de calor que entra en la vivienda, ayudando a mantenerla más fresca.

Usa ventiladores.

Esto puede parecer una tontería, pero usar ventiladores ayuda mucho a que el aire circule dentro de nuestra casa, para que el aire caliente no se quede estancado. Tienes varias opciones:

  • Ventiladores de techo: si tienes ventiladores de techo, úsalos para crear una brisa que te ayude a sentirte más fresco.
  • Ventiladores de pie o de mesa: coloca ventiladores en puntos estratégicos para mejorar la circulación del aire.
  • Ventiladores cruzados: coloca un ventilador en una ventana orientada hacia el exterior y otro en una ventana opuesta para crear una corriente cruzada que expulse el aire caliente.

Y para los que se nieguen a usarlos porque dicen que “lo único que hacen es mover el aire caliente”, deberían saber que para que esto sea más efectivo, pueden colocar una cubeta con agua o hielo frente al ventilador y, por supuesto, colocarlos frente a las ventanas en las horas más frescas que señalamos en el punto anterior, para introducir el aire fresco en nuestra casa.

Aire acondicionado portátil y climatizadores.

El aire acondicionado portátil es una excelente opción para enfriar partes concretas de tu hogar sin la necesidad de realizar instalaciones complejas. Estos aparatos pueden moverse de una habitación a otra, permitiéndote enfriar solo las habitaciones que estás utilizando, lo que resulta en un uso más eficiente de la energía. Por otro lado, los climatizadores evaporativos son especialmente efectivos en climas secos, ya que funcionan mediante la evaporación del agua, lo que reduce la temperatura del aire de manera natural. Además, son más económicos y energéticamente eficientes que los sistemas de aire acondicionado tradicionales, ofreciéndote una alternativa ecológica para mantener tu hogar fresco.

Formas de aislamiento.

Cuando hablamos de aislamiento en el hogar mucha gente se echa las manos a la cabeza pensando en obras o reformas, pero como bien dice el título de este artículo, esto podemos conseguirlo sin necesidad de eso. Tenemos varias formas de aislar nuestra casa del calor exterior:

  • Ventanas PVC: las ventanas de PVC ofrecen grandes ventajas contra el calor, puesto que su excelente capacidad de aislamiento térmico ayuda a mantener el interior fresco en verano al reducir la transferencia de calor desde el exterior. Estas ventanas, además, son duraderas, fáciles de mantener y pueden mejorar la eficiencia energética del hogar. Se pueden instalar sin necesidad de obra si se encargan a medida, teniendo solo que fijarla y atornillarla en el marco de la ventana que tenías antes.
  • Aislamiento insuflado: el aislamiento insuflado consiste en inyectar material aislante, como celulosa, lana mineral o espuma, en las cavidades de las paredes, techos o suelos. Se realiza a través de pequeños agujeros perforados en la superficie, mejorando la eficiencia térmica y acústica del edificio sin necesidad de grandes obras, como nos cuentan desde CREARSUR.
  • Aislamiento soplado: el aislamiento soplado consiste en aplicar material aislante en forma de partículas sueltas, como fibra de vidrio, celulosa o lana mineral, utilizando una máquina sopladora. Este método se usa para rellenar espacios de difícil acceso en áticos, techos y paredes, mejorando la eficiencia térmica y acústica sin grandes obras.
  • Aislamiento proyectado: el aislamiento proyectado implica rociar material aislante, como espuma de poliuretano o poliisocianurato (también conocido como PIR, poliiso o ISO), directamente sobre la superficie a aislar. Este método se aplica con equipos especiales y proporciona una capa continua y sin juntas, ideal para techos, paredes y suelos, mejorando la eficiencia energética y el confort interior.

Plantas de interior.

Las plantas como el aloe vera, la hiedra y la lengua de suegra pueden reducir la temperatura del hogar y mejorar la calidad del aire, esto se debe a que estas plantas absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno, creando un ambiente más fresco y saludable. Eso sin olvidar que también embellecen y aportan un toque natural a tus espacios.

Hidratación y enfriamiento personal.

Es quizá el punto más importante de todos y el que normalmente se suele pasar más por alto: beber. Pero no vale con tomar un vasito de agua cuando se tiene calor y pensar que eso nos va a refrescar el cuerpo además de la garganta. Cuando hace calor podemos llegar a sudar más de la cuenta y eso hace que perdamos mucho líquido, por lo que tenemos que estar bebiendo al menos un vaso de agua cada hora y media, así conseguiremos beber unos 2 litros al día. También hay que tener cuidado con la temperatura del agua, puesto que no es recomendable beberla muy fría por mucho calor que haga, porque esto puede ser contraproducente.

Como añadido a la hidratación, podemos también mantener nuestro cuerpo fresco para evitar sudar y eso lo podemos conseguir colocándonos toallas húmedas o paños fríos sobre los hombros, el cuello o la cabeza. Ten por seguro que con esto te sentirás muy fresquito.

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