El perro, uno más de la familia.

Familia con perro.

Dicen que en España hay más perros que niños. No sé si eso será cierto, lo que sí es verdad es que la relación con nuestras mascotas caninas ha cambiado cualitativamente. Ya no las vemos como el animal que protege nuestra casa o con el que juegan nuestros hijos cuando son pequeños. Las percibimos como un miembro más de la familia y eso se refleja en determinadas conductas.

Es curioso como la relación entre humanos y perros han cambiado tanto en tan poco tiempo. Antes, los perros eran un animal predominante en el medio rural. Se utilizaba como asistencia para determinadas tareas. Desde acompañar al pastor durante el pastoreo del rebaño, cuando sacaba a las ovejas y las cabras a pastar, proteger una finca o una casa de entradas no deseadas, hasta asistir en la práctica de la caza.

Hoy encontramos perros corredores como galgos dentro de apartamentos en la ciudad. Los perros se han sabido adaptar bien a la vida urbana y lo cierto es que han ganado en calidad de vida con ello. Ya no exigimos que realicen un trabajo determinado. Cuidamos de ellos solo por recibir su cariño incondicional. Una relación de amor en toda regla.

El cambio se aprecia hasta en el lenguaje que utilizábamos. Antes nos referíamos al propietario como el “dueño”. Hoy, adoptamos perros. Como si adoptáramos un hijo. Hay quien se refiere al propietario como “el padre humano del perro”.

Para algunas parejas, una decisión importante la representa el hecho de acoger un perro. Tanto es así, que hasta en los convenios de divorcio se suelen incluir cláusulas que regulan quién se queda con el animal después de la ruptura matrimonial y, a veces, se establece un régimen de visitas.

Vamos a ver algunos aspectos de la vida cotidiana que ponen de manifiesto como nuestras mascotas caninas se han convertido en una parte importante de la familia.

La asistencia sanitaria.

La muerte de un perro o de un gato puede dejar un vacío emocional en nuestras vidas. Esto no es nada nuevo. Queremos que nuestro animal pase el máximo tiempo de vida con nosotros. Queremos envejecer junto a él. Lo que sí ha cambiado en las últimas décadas es la atención y energía que invertimos en cuidar la salud de nuestra mascota.

Los veterinarios de Prada, una clínica veterinaria multidisciplinar de Burgos, con una larga trayectoria en el cuidado de animales domésticos, nos cuentan que en la actualidad existen planes de salud para perros. Son una especie de seguros sanitarios para mascotas. Sí, como lo oyes, igual que los seguros de salud que podemos contratar con una clínica privada o con una aseguradora para proteger nuestra salud y la de nuestra familia. Con estos planes se garantiza un seguimiento pormenorizado de la salud del animal y se financia una parte de los tratamientos e intervenciones quirúrgicas que se puedan efectuar en un momento determinado.

El propietario del perro paga una cuota mensual o anual por el plan, el cual cubre las visitas periódicas al veterinario y supone un descuento en la mayoría de tratamientos. Se trata de un servicio que están poniendo en marcha muchas clínicas veterinarias del país.

Las clínicas veterinarias se han convertido en pequeños hospitales para mascotas. Tienen asistencia de urgencias, dentro de ellas se efectúan operaciones quirúrgicas y disponen de instalaciones adecuadas para la convalecencia. Zonas de la clínica donde el perro, o el gato, están bajo el cuidado del equipo veterinario hasta que su salud se encuentre restablecida para poder regresar a casa. Es como cuando un humano enfermo ingresa en un hospital y ocupa una cama en planta.

Las enfermedades más habituales entre los perros, actualmente, son de origen vírico. Estamos hablando del moquillo, de la parvovirosis, la hepatitis y la gastroenteritis.

El moquillo para un perro es como si un humano contrajera al mismo tiempo neumonía, polio, disentería y encefalitis. Esta enfermedad, que entra por el aparato respiratorio, se dispersa por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Suele afectar a los perros adultos. Se suele transmitir de perro a perro solo por el acto habitual en el que un perro huele a otro animal de su especie.

La parvovirosis afecta principalmente a cachorros y perros jóvenes. Es una enfermedad de origen digestivo que puede provocar una diarrea que en ocasiones se confunde con otras enfermedades, pero cuya letalidad es superior. Esta enfermedad se aborda con un tratamiento antibiótico.

El hecho de que las principales enfermedades que atañen a nuestros perros sean de origen vírico hace que los programas de vacunación cojan una importancia primordial para proteger su salud.

Las vacaciones.

Uno de los problemas habituales que se nos presentan a las personas que tenemos mascotas es ¿qué hacemos con ellos en vacaciones?

Dejar el perro en un refugio los quince o treinta días que nos vamos de viaje supone un gasto importante. Por otro lado, nos apetece compartir nuestro tiempo de ocio con nuestro animal. El perro, en cierta medida, condiciona nuestros viajes. Esto hace que muchos propietarios de perro busquen alojamientos y hoteles pet friendly para hospedarse.

Los hoteles pet friendly son aquellos que admiten mascotas. Además de aceptar la entrada de nuestro perro, suelen disponer de una serie de servicios para hacer más agradable la estancia del animal.

Entre los servicios que se suelen prestar se encuentran camas especiales para mascotas, alquiler de transportines para viajes cortos por la zona, platos de comida y de agua personalizados, áreas de recreo pensadas para los perros, juguetes, servicio veterinario, servicio de cuidadores, servicios de limpieza y peluquería, etc.

Debido al aumento de viajeros con mascota, los hoteles pet friendly son un modelo de establecimiento hotelero que está creciendo y ganando popularidad en el sector.

La Ley de Bienestar Animal, aprobada recientemente, ha introducido algunos cambios en el funcionamiento de estos hoteles. La revista Hosteltur señala que estos son los más importantes:

  • Política clara de admisión. La ley obliga a todos los hoteles a que especifiquen con claridad si admiten o no mascotas en sus instalaciones. Esto se debe hacer por medio de una cartelería oficial que se debe colocar en un lugar visible al público. En caso de que existan restricciones en cuanto al tamaño, peso y/o razas de perro que no se admiten, estas deben exponerse de forma expresa y clara.
  • Zonas prohibidas. En todos los hoteles, aunque se admitan mascotas, existen determinadas áreas restringidas para los animales. Son la cocina, zonas de bufé y piscinas.
  • Seguros y fianza. El hotel está en todo su derecho de exigir al huésped acompañado por un perro, que previo a la entrada en el establecimiento, haya tenido que contratar un seguro de responsabilidad civil o el pago de una fianza que cubra posibles desperfectos que pudiera ocasional el animal.
  • Perros de asistencia. En cualquier caso, la ley permite la entrada a cualquier hotel, sea pet friendly o no, de perros lazarillo y de animales incluidos dentro de proyectos de terapia asistida. La prohibición de la entrada de estos animales puede ser denunciada ante la policía y es objeto de sanción.

La alimentación.

La alimentación es otro aspecto en el que ha cambiado bastante nuestra relación con los perros. Yo recuerdo que cuando era pequeño mi tía le daba a comer al perro las sobras de la comida familiar. Hoy, invertimos dinero en piensos y latas buscando proveer a nuestro animal una alimentación lo más sana y variada posible. Sabemos que la alimentación está en la base de su salud y su bienestar.

Tal es la importancia que ha adquirido la alimentación de nuestras mascotas que, en torno a ella, se ha desarrollado toda una industria y un nicho de negocio.

La Escuela Veterinaria de la universidad de Valencia señala que un cachorro debe alimentarse de leche materna desde su nacimiento hasta los 8 meses de edad. En el caso de que se proceda al destete, la leche de la madre debe sustituirse por un alimento sustitutivo líquido que contenga los mismos valores nutricionales

A partir de los 8 meses se puede darle comida sólida. Mezclando comida de adulto con leche, haciendo una especie de papilla. Poco a poco, iremos eliminando la leche de su dieta y sustituyéndola por una alimentación estándar. Este cambio debemos efectuarlo entre los 6 y los 18 meses de edad.

La comida de un perro, bien se la compremos o la preparemos nosotros, debe basarse en la proteína. Un 70% del alimento debe estar compuesto por carne. A esta es recomendable añadirle grasas tipo omega-3, carbohidratos como legumbres, y vitaminas incluidas en frutas y verduras como la zanahoria, el calabacín, la manzana o la pera. Siempre mezcladas con la carne.

Dentro de los alimentos prohibidos se encuentran las uvas, las nueces, la cebolla, el ajo, la cerveza, los cacahuetes, las gominolas y el chocolate. Ya que son tóxicos para ellos.

Sin duda, cuidar y compartir tiempo con nuestra mascota nos hace más feliz la vida, la nuestra y la suya, lo que hace que lo lleguemos a considerarlo parte integrante de la familia.

 

Compartir

Más post

Scroll al inicio