En los últimos años, estamos asistiendo a un incremento en la compra de obras de arte por parte de particulares. No estamos hablando de magos de las finanzas que invierten parte de sus beneficios para especular con piezas artísticas, sino de personas normales como tú y como yo que compran cuadros originales o pequeñas esculturas para exponerlas en el salón de su hogar. El arte está tomando las casas.
En la calle San Pere Alto, en el Borne de Barcelona, cerca de Arc de Triunf, hay varias tiendas seguidas de artículos decorativos que tienen en la puerta un expositor que pudiera parecer un exhibidor de pósteres. Sin embargo, vas moviendo las hojas metálicas que sujetan las láminas y descubres que son cuadros originales pintados, algunos de ellos, por artistas locales. Para ser una obra original, los precios son realmente interesantes y nada prohibitivos.
Muchos artistas han encontrado en internet un canal para comercializar su obra. La diseñadora y escultora aragonesa Inés Anglada que vende parte de sus esculturas de bronce desde su página web, nos cuenta que existen temáticas que son especialmente demandadas por los clientes. Esto da lugar a series de temas como la maternidad, las parejas o las profesiones.
La pintora de Cornellá del Llobregat, Pilar Ruiz, basa gran parte de su producción en la realización de retratos por encargo. “Quien me iba a decir” – me comentó en una ocasión – “que en plena era de la fotografía digital hubiera gente que encargara retratos.” Parece algo lógico. Un retrato puede representar un recuerdo especial de un ser querido. El arte tiene una capacidad de transmitir emociones que otros soportes son incapaces de proporcionar.
No es que en España seamos más ricos que en otras épocas y por eso compremos arte. Basta con echarle un vistazo al saqueo que representa la lista de la compra. Digamos que en la actualidad nos hemos rendido a la belleza artística y no renunciamos a apoyar a los artistas siempre que tengamos ocasión. Los artistas se han percatado de ello y ha bajado un poco el precio de sus obras. ¿Estamos asistiendo a un proceso de democratización del arte?
El arte que más se compra en los hogares.
Un hilo de preguntas-respuestas publicado en la plataforma Quora señala que lo que más compran los particulares son pinturas al óleo, esculturas de bronce, arte contemporáneo y copias o versiones de obras de arte conocidas del pasado.
Los cuadros siguen siendo los objetos artísticos que más llaman nuestra atención. La idea de colgar un cuadro original en el comedor le da un toque de personalidad a la decoración de la casa único. De entre los tipos de pintura que se realizan, las pinturas al óleo son las más apreciadas. Dan una presencia y un empaque que no encontramos en otro tipo de pinturas como las acuarelas.
Las pequeñas esculturas de bronce son otras de las piezas artísticas que más adquieren los particulares. Además de su presencia tridimensional, el bronce aporta una sensación de fortaleza y perduración en el tiempo que hace que la escultura adquiera un significado especial.
Los gustos de la mayoría de los compradores actuales viran hacia el arte contemporáneo. No tanto a la pintura realista, como en otros tiempos. Aunque sea un arte figurativo, se valora el enfoque y la expresividad del artista y no tanto que la obra sea un fiel reflejo de la realidad.
A pesar de ello, las copias de las grandes obras de la historia del arte siguen atrayendo a muchos compradores. Quién no se puede resistir a exponer en su salón un cuadro de los “Girasoles” de Van Gohg o una réplica de la “Gioconda” de Leonardo da Vinci, aunque sepamos que es una copia. A algunos pequeños coleccionistas les resulta interesante la reinterpretación que de estas obras conocidas realizan artistas actuales.
El mercado online del arte.
El periódico de economía Cinco Días nos habla de cómo internet se ha convertido en la gran pasarela del arte. En el 2016 se realizaron transacciones en la red de compra-venta de arte por valor de 3.270 millones de dólares. Internet y las Redes Sociales son un gran escaparate para los artistas. Les permite difundir su obra al gran público y, al mismo tiempo, comercializarla. Sin necesidad de recurrir a los canales habituales como las galerías y las ferias de arte.
Una parte importante de estos compradores de arte por internet son los llamados “Millennials”. Jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y 35 años. Según una encuesta realizada por la aseguradora de arte Hiscox, el 19% de los jóvenes consultados adquirieron su primera obra de arte por internet.
La presencia del mercado online del arte es bastante poderosa. Casi el 49% de los consumidores de arte adquieren todas o algunas de sus obras por internet. De los que operan de esta manera, un 92% de los mismos vuelven a comprar arte por la red.
El funcionamiento del mercado online de arte es bastante diferente al mercado tradicional. Para triunfar en este medio es necesario realizar una ardua labor de marketing digital. Tienes que crear una gran comunidad en torno a tu trabajo y a tu marca personal, y una parte de estos seguidores adquirirán tus obras.
Un ejemplo de ello es el pintor sevillano Antonio García Villarán. Este icónico artista plástico sorprendió a todos creando el canal de YouTube sobre arte más visto en el mundo hispano y, probablemente, uno de los más vistos a nivel mundial. Tras enseñarnos historia del arte desde su perspectiva particular, en ocasiones polémica, y comentar la trayectoria de los principales pintores de la historia, ahora Villarán vende por internet una parte de su obra personal y pone en marcha diferentes proyectos relacionados con el arte.
Dafen, la ciudad de los pintores.
Uno de los factores que ha permitido que la gente corriente adquiera arte es, sin duda, el abaratamiento de las obras.
En este sentido, en la costa china, en la provincia de Cantón, existe un barrio que ha saltado a la fama mundial por ser la cuna de la producción artística a escala industrial. Se trata de Dafen, un barrio periférico de la ciudad de Shenzhen. En él trabajan más de 10.000 pintores literalmente a destajo. Cada cuadro se pinta en dos días y se vende a mayoristas por un precio de entre 2 y 10 €. El 80% de la producción de Dafen se exporta a Europa y a Estados Unidos. Algunos de estos cuadros los puedes encontrar en bazares del hogar regentados por chinos y repartidos por medio mundo.
En Dafén se comenzó copiando cuadros de fama mundial. Cuadros conocidos de impresionistas como Monet, Degás o Van Gogh y de otros pintores como Picasso. Algunos lo veían como la piratería del arte hecha negocio. Con el tiempo, aunque se siguen copiando cuadros conocidos, algunos pintores han empezado a vender su propia obra. Partiendo siempre de la demanda del mercado. Si lo que más se venden son paisajes urbanos, se dedican a pintar este tipo de cuadros.
Para algunos artistas, Dafen parece una aberración. El arte convertido en mercado puro, bajo unas condiciones de trabajo precarias. Sin embargo, para comprender esta práctica hay que entender la mentalidad china. China parte del comunismo y su objetivo es abastecer de bienes de consumo a toda la humanidad. Con independencia del nivel adquisitivo de los consumidores. De hecho, China ha adquirido el rol de la gran fábrica del mundo. De ahí su sorprendente crecimiento económico.
En cierto modo, gracias a Dafen, el arte ha dejado de ser un privilegio de unos pocos para convertirse en un bien de consumo para la mayoría.
Nuevas perspectivas para el arte.
Aunque las obras de arte han bajado su precio y lo han equiparado a su tiempo de producción, por ejemplo, algunos pintores venden sus cuadros por 1.000 € porque les ha costado terminarlos casi un mes, esta nueva situación abre unas perspectivas interesantes para los artistas.
Al comprar la gente más obras de arte, esto permite a los artistas que puedan ganarse la vida. Que ser pintor o escultor profesional no sea un privilegio solo al alcance de unos pocos elegidos. Nadie dice que vender arte sea sencillo. Puede ser casi más complicado que crearlo. Sin embargo, al estar la gente receptiva, esto permite que ciertos artistas puedan vivir de su pasión y no que la releguen a un mero hobby que van abandonando poco a poco porque no les da rentabilidad económica.
Esta apertura del mercado del arte crea un mayor equilibrio entre la oferta y la demanda. Obliga al artista a adaptarse a los gustos del público y a mantener una relación más directa con él. Frente a la tendencia de algunos artistas endiosados que solo crean lo que les apetece y tratan a la audiencia como seres inferiores que no entienden de arte.
Al entrar el arte en casa, se crean mejores condiciones para conseguir que la actividad artística sea rentable económicamente. Lo cual va a hacer que aumente la cantidad y calidad de las obras de arte.