En esta ocasión vamos a tratar un tema tan importante como la elección del psicólogo. Si estás pensando que es buen momento para empezar una terapia, nos alegra mucho leerlo, puesto que como defiende la psicologapatriciasanchez que lleva años tratando a muchos pacientes y sabe bien de lo que habla.
En su opinión, es una decisión que no es sencilla para muchos pacientes, pero es el primer gran paso para el cuidado de la salud mental.
Vamos a comentarlo de manera más profunda:
El mejor psicólogo es aquel con el que nos vayamos a sentir bien, con el que podamos tratar lo que queramos y que nos vayamos a sentir cómodos cuando haya que poder abordar una serie de situaciones.
Deberá poder ejercer la profesión
En el campo de la salud mental existen otros profesionales que pueden ayudarte, pero que no van a ser psicólogos.
De la misma forma es conveniente el huir de personas que puedan simular el dar una serie de consejos para el bienestar y que no van a tener base alguna.
Precaución con las apps
En el Consejo General de la Psicología de España se dice que muchas de las apps para móviles sobre ayuda de carácter psicológico no tienen el debido respaldo científico.
Con ellas se ponen factores como la ansiedad, tristeza, depresión o falta de ánimo en sus propias manos.
Preguntar por la terapia con la que esté trabajando
Al final el enfoque que dependerá en buena medida de los resultados. Para ello es fundamental elegir a un psicólogo donde la filosofía nos haga sentir cómodos y seguros.
Confidencialidad
Debe ser el primer compromiso, puesto que la consulta es necesario que sea un sitio seguro donde todo lo que digamos se quedará ahora, además de en tu propia cabeza y en la del psicólogo.
Es fundamental saber que hay un código deontológico que estará destinado a vale como regla de conducta profesional en el ejercicio de la psicología en cualquiera de sus tipos.
Buscar un perfil que esté especializado en el problema
Existen profesionales que han pasado a formarse en varias áreas en concreto. Por ejemplo, si tienes episodios de ansiedad, aunque te puede atender un psicólogo cualquiera, va a ser mejor que puedas llegar a comentar tus problemas con uno que se esté familiarizado con dicho trastorno.
Lo mismo podemos decir con factores como las adicciones, depresión problemas de pareja o disfunciones de tipo sexual.
El entorno deberá ser seguro y de confianza
Aunque no hay una relación de amistad, sí que es cierto que es necesario que todo se desarrolle en un entorno de gran confianza, protección y transparencia.
Es importante sentirse comprendido, apoyado y no juzgado por el psicólogo. Aquí van a caber todas las preguntas y respuestas.
Fijarse en las referencias y opiniones de otras personas
Por este motivo, es necesario poder buscar opiniones y referencias. Siempre va a funcionar bien el boca a boca o la recomendación de una persona.
No olvidemos que un psicólogo puede terminar conectando bien con una persona y nada con otra.
Eso sí, siempre es bueno escuchar y leer las opiniones de los que hayan pasado por la consulta, de cómo se sintieron tratados, de las cualidades que tiene el psicólogo o de si encontraron soluciones para su caso.
Conocer la tarifa desde el principio
De la misma forma, hay que valorar el aspecto económico. Ya se ha dicho que mediante la Seguridad Social es bastante lento, por lo que si tienes urgencia en ir al psicólogo vas a tener que pensar en destinar un presupuesto en este sentido.
Legalmente, no está permitido marcar una tarifa fija ni un precio estándar por sesión. En cualquier caso, deberás desconfiar siempre de las terapias milagro y que te prometan cambios con rapidez y casi sin coste.
No hay que olvidar que la salud mental necesita de un trabajo dilatado, tiempo, reflexión y paciencia, y si te prometen unos resultados de manera inmediata es que algo no va bien.
Conclusiones
Luego de haber leído todo lo que teníamos que comentar sobre este tema, seguro que te ha parecido ahora un poco más fácil el hecho de saber cómo puedes elegir al psicólogo que vaya a tratar tu caso, algo que no siempre es sencillo, a pesar de que haya bastantes profesionales en nuestro país a nivel privado.
Por desgracia no podemos decir lo mismo de la sanidad pública, donde estamos en el furgón de cola de la Unión Europea, algo que se debería replantear, sin duda alguna.